domingo, agosto 12, 2007

Incertidumbre y certezas:

Incertidumbre: Ese sentimiento, esa sensasión de no saber qué está pasando, ese escalofrío que recorre las venas cuando la duda usa sus armas tan elocuentes. ¿Qué busca el hombre si no las certezas? Necesitamos estar seguros de lo que pasa a nuestro alrededor.
Nos dicen que la tierra gira alrededor del sol, y nosotros lo tomamos como una certeza, porque no podríamos vivir sin saber qué pasa con el sol. Pero realmente no somos capaces de entender ese conocimiento, decimos que es así porque algún grupo de gente que, supuestamente, sabe mucho, lo dice. Pero puede no ser cierto.

Certeza: Nuestro fin, nuestro bastón, lo que nos permite aferrarnos de algo para que la duda no nos haga perder el equilibrio.

¿Hay diferencia?, es decir, ¿no son la "certeza" y la incertidumbre exactamente lo mismo? Antes de detenerse y pensar en que esto es algo totalmente incoherente, deténganse a pensar en que todas las verdades son antropomórficas. Para aquellos que no están familiarizados con el término lo pueden analizar usando la famosa "familia de palabras" (léase etimología). Antropo=hombre; morfo=forma. Es decir que todas las verdades son verdades porque el hombre lo dicta.


Nada más, continuaré la idea dentro de unas semanas, mientras tanto pueden refelxionar acerca de si están tan seguros de que esas "certezas" son tan ciertas.



Mac.

miércoles, agosto 08, 2007

Ausencia y oscuridad:



Basé mi propia voz en tus susurros nocturnos,
esa paz, tan incandescente y nítida.
Un límite inaclansable: el sonido de tus sueños,
ese estremecimiento que me obnubila.
Un tramo, un pequeño espacio distante...
distante de tiempo, distante del mismo espacio.
Un camino cruzado por infinitos infantes,
pueriles miradas, juveniles rostros tan tristes.
Lo que pocos entienden es que, esas jóvenes facciones,
representan mi envidia, mis celos y mi ira, tan contenida,
hacia lo absurdo, hacia lo humano, hacia lo áspero,
hacia lo abstracto y a lo absoluto.
Tan abstracto como el alma, o como el agua,
o como el agua de los cielos cuando cae.
Un delirio, es la fiebre, es la fiebre que me anestesia,
me pierdo en el caudal de los mares.
Océanos interminables, pendientes de nuevos planes,
ideas refulgentes, ideas que matan inconscientes.

Reflejos de un nuevo encanto: tu mirada
tan absurda, tan convincente, tan efímera,
como el polvo de mis dedos, como el polvo del ensueño.
Eso fuiste, sólo eso, sólo polvo.

Adherente, admisible, bienvenida, adiestrada,
mentirosa, indulgente, inescrupulosa, indescente.
Asesina, asesina de grandes sueños,
asesina de forzados alientos.
Asesina de intentos desesperados,
creadora de mi desesperación.
Si tan sólo pudiera obviar, negar, negarme absolutamente todo, sería algo parecido a una felicidad, aunque sea una máscara, aunque sea algo que sólo yo me crea, me sería suficiente. Se me escapa la rabia de los dedos, se me escapa la calma del craneo, se me agotan las lágrimas, se incendian mis pupilas tan frías. Me golpeó, esta realidad, tan súbita, tan incoherente como tus palabras. Tan real, tan real como el amor, ese amor que no supiste devolverme y decidiste simplemente obviar, obviar mis sentimientos. Elección, eso fue, elegiste, elegiste mal, elegiste bien... no lo sé. Pero no me elegiste a mí, esto nunca lo vas a leer. ¿Quién sos? Permitime contestarte. Esa cosquilla constante que tengo en el párpado, esa molestia inagotable, esa gota enferma que moja mi cara. Aprendí a amarte de una manera tan ciega, el velo de tu encanto cubrió mis ojos y no me dejaste ver, no me dejaste verte.
La parte triste, la parte que nadie quiere leer, la parte que nadie quiere senir: el llanto, la angustia. Fuiste la descubridora de mi dolor más profundo, cavaste insesantemente mi alma y llenaste el hueco con un vacío aún más grande, aún más profundo, y aún más difícil de sanar. Gracias, gracias, gracias, ¡gracias!. Por destarparme los ojos, por sacarme la venda, por cortar mis heridas, por desangrarme. Desgarraste mis ganas, tomaste sin permiso mis ganas de seguir adelante, te adueñaste de ellas, ¡me robaste! Me robaste cada pizca de ilusión, y sin embargo quiero que vuelvas. Extraño esos besos, extraño tu mirada tan cálida. Tus manos rozarse contra mi espalda, tus labios acariciando los míos como si nada fuera más importante. El tibio sonido de tu respiracón en mi cuello, el aroma de tu piel, el sabor de tu saliva, que ahora recuerdo tan amargo.
Mi inconstancia, mi inconstancia me harta. No puedo pensar, no puedo dejar de pensar, no puedo dejar de pensar en pensar. No puedo dejar de pensarte, como si todavía fueras mía, como si estuvieras presente en tu ausencia tan perfecta, impidiendo que me deje llevar, evitando mi reacción inconsciente. No lo hagas, no me dejes morir, no así. Dame calma, dame un poco de tu amor, aunque sea una mentira.

lunes, julio 30, 2007

Imagen.

Las imágenes, algo tan simple pero a la vez tan complejo, ¿no? Algo que tenemos tan asimildado, a lo que estamos tan acosbumrados, pero, pensándolo detenidamente, ¡es algo tan difícil de entender!
Una imagen puede decir mucho, como también puede decir nada. Una misma imagen puede significar mucho para unas personas, y poco (o nada) para otras. Una imagen puede reflejar al mismo tiempo dos significados totalmente opuestos.
Muchas veces una imagen puede decir más que muchas palabras ("una foto vale más que mil palabras").


Esta imagen: un foco de luz, luz cálida. El típico foco, clásico de cualquier casa. La luz es lo que nos permite ver las imágenes, los colores. Depende de la luz el tipo de color y textura que captamos, un mismo objeto, iluminado de distintas maneras, puede verse totalmente distinto.

Esta imagen: un foco de luz que nos permite distinguir los colores, pero la foto está en blanco y negro, ¿por qué? Porque, como todos sabemos, toda acción tiene su consecuencia opuesta. Si saltamos, caemos; si hacemos fuerza para empujar un objeto, éste se mueve; si lastimamos, tarde o temprano nos lastiman; si amamos, tarde o temprano nos aman. Esto es lo que quiere decir esta imagen: es sólo una imagen, cuando la ves, quizá no te das cuenta lo que es y no significa nada. Y quizá ahora, que saben lo que es, tampoco les signifique nada, es sólo una imagen.


Mac.

martes, octubre 17, 2006

Introducción

¿Cómo introducirme? La verdad no sé, puedo decirles que inicio este blog a manera de una bitácora de ideas, para que, a medida que pasa el tiempo a través de estas páginas virtuales, les muestre a ustedes mis ideas, mis pensamientos, mis inquietudes, mis gustos, etc.

Supongo que no estaría de más hablar un poco de mí, aunque no haya mucho que decir... una pequeña ficha personal quizá, o quizá no...
Mi nombre es Pablo, soy de Buenos Aires, Capital... actualmente tengo 17 años, soy músico (baterista para ser preciso). Toco en un par de bandas y doy algunas clases.

¿Por qué el título del Blog, "Pandemonium"? Bueno, dicho término define el hecho concreto en el que se produce un alud o conjunto de ruidos en una casa, en un momento determinado y que provoca, súbitamente, un DESORDEN TOTAL de forma misteriosa. El Pandemonium tiene carácter maléfico... y realmente yo siento que vivo entorno a un Pandemonium constante, y el carácter maléfico representa al constante ajetreo de la capital, que torna a la
gente en autómatas que se dirijen apuradísimos hacia un lugar desconocido, sin saber la causa de su prisa... por eso el título, el nombre del Blog.


-*-

Sin más que decir por el momento, me retiro y cierro esta página para dar tiempo y espacio al resto de los capítulos de este "diario" virtual.